Supongo que es una cuestión de justicia poética, al menos así quiero pensarlo, pero la realidad es que a pesar de mis esfuerzos por ser la Don Draper al sur de Despeñaperros a base de grandes campañas publicitarias, grandes clientes y cambiarme de camisa blanca sacándola de un cajón de mi escritorio, la jugada de este trending topic ha sido bien diferente.
Y no me importa, porque tengo que confesarlo: SOY UNA PECADORA.
A los hechos me remito.
El momento de fama más estelar y mediático con el que cuento en mi carrera (por el momento) está íntimamente ligado al genio de Don Gregorio, más conocido como Chiquito de la Calzada, y a los que como yo misma hemos hecho de la adoración de su particular lenguaje una especie de credo publicitario.
Quiero que este post sirva también para reivindicar la figura de Chiquito, con la esperanza de que se distinga su inmenso talento más allá de los refritos televisivos de programas de humor veraniegos: Chiquito ha aportado todo un universo lingüístico propio a la cultura popular española, algo que sin duda debería reconocérsele y agradecérsele.
Recientemente, en abril, IAB Spain publicaba su V Estudio Anual sobre Redes Sociales en España con resultados esperables y significativos a un tiempo.
Y es que desde hace tiempo, venimos observando y así lo he manifestado en algunas charlas y formaciones que he impartido últimamente, que algo huele a podrido en el Social Media.
Me explico.
Del citado informe destaco varias conclusiones que nos deberían llevar a plantearnos nuestra estrategia a medio-largo plazo en algunos medios sociales:
- el usuario español convive con 4 redes sociales entre las que siempre está Facebook.
- el 5% considera Whatsapp y Line como redes sociales
- Whatsapp ya supera en tiempo de uso a Facebook
- el 60% de los usuarios encuestados señalan que hacen un uso más intensivo de Whatsapp que de Facebook.
- En cuanto a actividad en las redes, aumenta el perfil “observador” (66%) y cae la publicación de contenidos o actualizaciones de estado (34%)
Quizás nos se te había ocurrido, pero creo que Cenicienta es la historia de justicia kármica más feliz de la literatura popular y un buen aliciente para ponernos en serio con esto de la marca personal.
Y es que la historia de esta chica, tiene tantas versiones como civilizaciones podemos nombrar. Desde el Antiguo Egipto al plasticoso Disney de los años 50, este personaje arquetipo ha desarrollado su particular revancha social.
Cenicienta es la buena de la historia: la que baila bien, la que de verdad cuida la casa, la verdaderamente guapa, la bondadosa, etc. Pero la chica tiene mala suerte: el destino no se lo ha puesto fácil y vive casi esclavizada trabajando para una familia política de ruines y patanes.
Aunque no lo creáis en el mundo existen personas a las que les encantan esos capítulos de las series en las que se hace un refrito de otros capítulos: pensad en los Simpsons o ese programa de cine de LaSexta3 que ponen entre película y película…
Para esas personas, y para no perderles la pista a estas apariciones estelares, he querido incluir en mi blog artículos que he escrito para otros o en los que aparezco de alguna manera (bueno, si he ejercido de “negra” literaria no os vais a enterar, eso es parte del trato con el diablo).
Et voilà!
Teléfonos silenciosos.
Bandeja de correos nuevos impoluta.
Sitio para aparcar en plena puerta del trabajo.
No, no te has equivocado y te has ido a la oficina en domingo: ¡es que es AGOSTO!
Consciente de lo duras que pueden ser nuestras jornadas “agostís” al frente del barco y porque da igual cuándo nos toquen las vacaciones, siempre estaremos en una insufrible cuenta atrás (de 2 ó 3 días o de 360), os traigo una colección de recursos que ayudan (a mí al menos) a hacer la jornada laboral más llevadera.
Aunque siempre he pensado que la suerte es algo que una busca o atrae con su actitud, no resta para que pueda decir que soy afortunada por trabajar con libros.
Más allá del marketing online, de las estrategias de optimización, del ecommerce, de la atención al cliente, del Seo, del ROI y del sursuncorda (me encanta esa expresión) están los libros, esos objetos preciosos, esas promesas de papel, esos frágiles barcos que zarpan cada noche cuando me meto en la cama.
Y de eso quiero hablar hoy.
Porque cada vez que llega un libro a mis manos lo abro con una ilusión que nunca caduca y porque cuando eso forma parte de tu trabajo, los momentos malos se diluyen bajo el aroma de la tinta.
A principios de enero llegó a mis manos unos de esos objetos preciosos, en una edición anticipada para los que nos dedicamos a este sector. Ese tesoro se llama "Búscame donde nacen los dragos", lo firma Emma Lira y salió a la venta a primeros de marzo.
En la portada, un árbol, una chica y una playa con una piedra. Nada en particular.
Pero el árbol no es cualquier árbol, es una magnífico drago canario.
La chica no es una "del montón", es Marina, una periodista que tras una ruptura sentimental da sentido a su cotidianidad embarcándose en una investigación sobre una misteriosa princesa Guanche.
Y la playa, no es una vulgar extensión de roca machacada: es la playa de El Médano con su Montaña Roja en el sur de la isla más bonita del mundo, Tenerife.